Al cumplirse un año de su
partida…
Ha caído
una estrella y ha dejado un destello de luz, el señor llamo de regreso a casa a esta hija
centenaria que descubrió sus dones y los compartio. Maestra visionaria y
protagonista de los progresos culturales y materiales del lugar.
Yo no
tengo el don de la palabra, pero gracias a que ella nos enseño a escribir, ahora
puedo expresar en esta carta mi
sentir para darle las gracias a quien en su labor de maestra marco nuestras
infancias motivandonos a tener sueños. Ella fue la fuente inspiradora de tantas
generaciones, entre las cuales siempre tendremos un punto en común: La escuela
que ella fundó.
La señora
Virginia hace mas de 6 décadas atrás era la
administradora de el correo, y
allí su labor no era solo distribuir las cartas sino que además, con su
infinita paciencia, tenia que leer y contestar las cartas, porque gran parte de
la población en esos tiempos era analfabeta. Este echo la inspiro a crear la
escuela Gabriela Mistral, donde aprendimos a desarrollar el intelecto, el amor
por la lectura, el cuidado de la naturaleza, los valores y la música. Recuerdo
una de sus frases: “La música es el
puente mas corto para vislumbrar el cielo” ¿Cómo olvidar su bella voz junto
a su guitarra?
Yo
recuerdo cuando fuimos a ayudar a colocar los primeros adobes de la capilla en
la plazuela, participo y cedió un lugar en su predio para el funcionamiento de
la primera posta de primeros auxilios, participaba y organizaba los centros de
madres… La Sra Virginia siempre estaba
activa !!! contagiandonos con una actitud positiva y constructiva.
Ahora
puedo ver los frutos de su labor educadora;
nosotros, nuestros hijos y nietos,
muchos de ellos desempeñandose en distintos ámbitos de la vida profesional, tanto en Chile como en el
extranjero, trabajando por un mundo mejor…
Como lo hizo ud maestra. Y le agradecemos haber dado el primer paso y poner ese primer adobe para
que ahora otros sientan la motivación de sembrar amor en el mundo.
Se va,
como los sabios… sin ningún galardón terrenal
Estas
fueron sus semillas, ahora nuestra cosecha!
Gracias
por compartir tu jardín de sueños con
nosotros, gracias por enseñarnos a
plantar, cultivar y disfrutar este jardín.
Hasta el
próximo encuentro, Madre, Maestra y Amiga.
Buen
Viaje!
Una
alumna agradecida.
Resumen
de la carta leída el día de su funeral.